15

Distrito Este de la Academia Pico de la Esperanza.

El patio.

El área que rodeaba la instalación estaba completamente oscura, las luces del exterior fueron colocadas en intervalos regulares pero había poca diferencia en la iluminación.  En la orilla del patio, fuera de la torre del reloj, se encontraba una chica solitaria.

Entrecerró los ojos, mirando hacia la torre del reloj frente a ella.

— “En cualquier momento.” Murmuró en voz baja.

La chica estaba allí, esperando a alguien. Aunque cuando tuvo el primer contacto con ellos, le respondieron, ─”No necesitamos encontrarnos”─ Entonces ella ofreció un intercambio de información y de esa forma concretaron una cita. Para alguien que tenía una profesión que trataba de desenterrar la suciedad en las personas, era fácil para ella. Cuando se trata de gente que no conoce, es sencillo para ella reunirse con ellos en persona. Esa era su opinión.

El hambre por la fama es algo tenebroso.

Incluso si parece imposible, las personas están determinadas a convertirse en grandes estrellas.

Y así, ella esperó. Por un miembro del Comité Directivo de la Academia Pico de la Esperanza. Necesitaba encontrarse con él sin importar qué. Necesitaba hablarle cara a cara sin importar qué. Necesitaba hablar con él sobre el tema de encubrir ‘esa información’.

Lo más probable era  que su empleador no sabía acerca de la información. Por eso era vital que ella le preguntara cara a cara.

Todavía, ni siquiera habían pasado unos días desde que comenzó con su investigación, pero ella tenía una razón para que esto tuviera que ser así de urgente.

Ella tenía un increíble talento. Ese era el por qué.

El nombre de esa chica era Kirigiri Kyouko.

Ella era del 77vo Grupo de la Academia Pico de Esperanza, su talento era «Súper Estudiante de Secundaria Nivel Detective».

Actualmente la chica estaba investigando ‘ese incidente’ dentro de la Academia Pico de la Esperanza.

— “Llega tarde…” Murmuró, mirando hacia la torre del reloj otra vez.

Cinco minutos tarde.

Debería haberle dicho que fuera más puntual.

Como ella frunció el ceño, una línea entre sus cejas se hizo más evidente. Sin embargo, cuando miró la torre del reloj una vez más, su pliegue desapareció. A la distancia vio una figura. La figura parecía estar en guardia ya que miraba a su alrededor mientras caminaba lentamente hacia ella. Gradualmente, la figura se volvió más clara. Era un hombre adulto con un traje negro y una corbata, como si estuviera de luto en un funeral. Su cabello estaba peinado hacia atrás cubierto con una pomada, parecía como un hombre hecho un artefacto.

Como el hombre se acercó, su expresión se hizo más clara. Tenía arrugas en su frente que parecían estar esculpidas en su propio cráneo, y debajo de ellas, un par de ojos profundos que miraban hacia Kyouko.

Pronto, ellos estaban a tres metros de distancia el uno del otro.

El hombre se detuvo.

— “… ¿Fuiste tú quien me citó aquí?” Su boca, dibujada en su rostro en una línea recta, se abrió y le habló a Kyouko con voz áspera.

— “¿Qué demo─?” Las palabras el hombre fueron cortadas en seco.

Algo cayó del cielo y aterrizó en frente de los ojos de Kyouko.

El hombre y sus palabras fueron aplastados.

Parecía suceder en cámara lenta.

O quizás como ver los fotogramas de un vídeo, uno a la vez.

Un escritorio escolar cayó desde el cielo, y se desplomó sobre el hombre frente a ella. Como él fue golpeado por un escritorio, el cuerpo del hombre parecía plegarse debido al impacto, mientras que el escritorio en el otro lado rebotó lejos de él en el aire.

Después de que esto pasó, otro escritorio cayó. Éste aplastó la cintura del hombre y lo dobló hacia atrás como a una muñeca. Otro escritorio cayó y dobló el cuello del hombre en un ángulo antinatural. El hombre no tuvo suficiente tiempo ni siquiera para lucir sorprendido. Su rostro estaba congelado como si estuviera llamando a Kyouko. Los escritorios cayeron al suelo en una nube de polvo y la figura del hombre fue obscurecida.

Inmediatamente después, un ruido sonó.

Un muy fuerte sonido.

Luego de que ocurriera esto, un escritorio voló fuera de la nube de polvo y falló en golpear a Kirigiri por un par de centímetros, detrás de ella, el escritorio giró como un trompo.

Esa fue la alocada escena que ocurrió ante ella.

Ese fue resultado de esa alocada escena.

El momento en que el hombre frente a Kyouko abrió su boca, un gran escritorio cayó del cielo y lo aplastó en un nano segundo.

Eso interrumpió sus pensamientos por un momento—pero solo por un momento.

Como el polvo todavía se estaba asentando, Kirigiri corrió hacia la montaña de escritorios y comenzó a quitarlos. Un líquido rojo brillante se extendía alrededor de los escombros de los escritorios. Un líquido oscuro fluyó de sus ojos, oídos, nariz y muchos otros lugares para listar.

Kyouko rápidamente decidió en su lugar mirar por encima ella. En la azotea de un edificio de la escuela ella vio una silueta. Sus ojos entraron en foco. Detrás de la figura, la luna brillaba intensamente. La figura que parecía sostener algo sobre él, lo arrojó.

Una silla plegable caía aceleradamente hacia Kyouko.

Ella lo esquivó y corrió hacia el edificio de la escuela.

Detrás de ella se escuchó un fuerte sonido de algo rompiéndose.

Corrió hacia el edificio, manteniéndose tan baja hacia el suelo como podía, para después subir por las escaleras. En ese punto ya no importaba si lograba llegar a su objetivo o no. Ahora estaba corriendo simplemente para seguir la pista, incluso estando en peligro ella era así de entusiasta.

En poco o en nada de tiempo, había llegado al lugar y encontró los restos de un candado en la puerta que lleva a la azotea.

Esta escuela debería prestar más atención a la prevención de la delincuencia.

Pensó sarcásticamente mientras agarraba el picaporte. Podía sentir la mordedura fría del metal en las yemas de sus dedos. Ella torció el picaporte y la puerta se abrió silenciosamente. En el momento que abrió la puerta, una ráfaga de viento pasó hacia Kyouko.

Dio un único paso y miró alrededor de la azotea, iluminada por el oscuro cielo nocturno. Sin embargo, allí no había nada. Caminó hacia el piso de concreto y echó un vistazo detrás de la puerta, cada rincón y grieta que pudo encontrar, ella buscó por todas partes.

Pero realmente no pudo encontrar nada.

Llegué muy tarde.

Superada por una sensación de frustración, se inclinó contra la cerca de la azotea. Y mirando hacia el cielo nocturno, susurró.

“Es por esta razón… que odio mi trabajo…”

Sintió bajar escalofríos por su columna vertebral.

Tenía un mal presentimiento.

Ella se giró y miró hacia el patio a través de la cerca de hierro.

Una fría ráfaga de viento golpeó su rostro y por un momento todo se nubló. Alrededor de la torre del reloj podía ver los restos del escritorio y la silla plegable.

Por supuesto que estarían allí.

Sin embargo, el cadáver había desaparecido.

Kyouko rechinó sus dientes mientras tomaba su teléfono del bolsillo de su uniforme. Su dedo descendió hacia el botón de llamada pero dudó momentáneamente.

Aun así, lo presionó.

Ella escuchó la voz de un hombre a través del teléfono.

— “¿Podemos reunirnos pronto?” Dijo Kyouko, sin molestarse en presentarse primero, “Tengo algo que necesito reportar. Me dirigiré hacia allá pronto.”

Licencia

Icono para la licencia Dominio público

Esta obra (Danganronpa/Zero por Kazutaka Kodaka, Rui Komatsuzaki) no tiene restricciones de copyright conocidas.

Comparte este libro